ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN PREEXISTENTE
La Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción de Aracena es un edificio singular cuya construcción se iniciaría en la primera mitad del Siglo XVI, prolongándose hasta entrado el Siglo XVII, quedando interrumpida su construcción probablemente en el año 1603, que es la fecha que figura en una inscripción existente en la bóveda situada a los pies de la iglesia, ante el coro.
Las trazas y construcción de este edificio se ciñeron a las directrices que los sucesivos Maestros Mayores del Arzobispado de Sevilla fueron dando durante el desarrollo de las obras, existiendo constancia documental de las intervenciones de Diego de Riaño y de los Hernán Ruiz, padre e hijo.
El edificio tiene planta de salón renacentista con cabecera poligonal cubierta por bóveda concoide, muy abierta al presbiterio, y tres naves de igual altura, siendo los tramos de la nave central cuadrados en planta, mientras que los de las naves laterales son rectangulares.
En el grosor de los muros de cerramiento laterales se embeben capillas hornacinas.
Las tres bóvedas inmediatas al presbiterio son vaídas de mucho peralte, decoradas con fajeado de cantería en los laterales y círculos y cuadrados manieristas en la central. Descansan sobre pilares formados por cuatro columnas entregas ciñendo a pilastrón central, rematadas por capiteles de motivos vegetales de traza jónica.
Las tres bóvedas siguientes, al pie de la actual Iglesia, son de media naranja decoradas con cajeados de cantería, circulares y de tipo radial. Descansan sobre pilares más simplificados, con trazas toscanas en basas y capiteles.
En 1954 se reformó el coro –situado a los pies, bajo la bóveda central– según proyecto del Arquitecto D. Aurelio Gómez Millán, con arco rebajado y balaustrada de tipo renacentista.
En 1971 se acometió la terminación de la Iglesia según proyecto del Arquitecto D. Rafael Manzano Martos. En este proyecto se siguió la pauta (en muros, arcos y pilares) marcadas por las tres bóvedas a los pies de la Iglesia, si bien se proponía cubrir los tramos ampliados con bóvedas vaídas, realizadas con dos hojas de rasilla, trasdosada por losa de hormigón armado y cubrición de teja sobre placas de fibrocemento, que, a su vez, apoyarían sobre estructura de cerchas metálicas. Estas obras se realizaron constructivamente, como el resto de la iglesia, de mampostería toledana en muros perimetrales, con contrafuertes, esquinas, zócalos y capillas en cantería y piezas prefabricadas en pilares y arcos, con relleno de hormigón armado.
Las obras se paralizaron cuando ya estaban construidos los pilares, muros perimetrales y arcos (excepto dos de ellos), hasta la altura de cubiertas, quedando sin realizar éstas, de forma que las dos puertas laterales de entrada a la Iglesia y las zonas a las que se acceden quedaron a la intemperie.
En Enero de 1996, gracias al impulso del Sr. Cura-Párroco-Arcipreste de Aracena D. Longinos Abengozar Muñoz, se realizó Proyecto de Cubrición Provisional, redactado por el Arquitecto Hilario Vázquez Vázquez, que suscribe, quedando cubierto el tercer cuerpo de naves que pone en comunicación las dos puertas laterales de acceso del edificio, así como el tramo de nave del lado de la Epístola hasta los pies de la Iglesia, que quedó destinado a Baptisterio y almacén.
Dichas obras se basaron en criterios de provisionalidad y economía, pero siempre teniendo en cuenta que el resultado final estuviera en consonancia con la dignidad que exigía un lugar de culto de la importancia del templo existente.
El resultado final de las intervenciones enumeradas era la existencia de un edificio de gran monumentalidad, con escala dominante sobre el caserío y topografía de la Ciudad de Aracena, visible desde todos sus ángulos, que se observaba mutilado de cubiertas en su exterior, y dolorosamente incompleto en su interior.
Era anhelo de todos los habitantes de la ciudad ver terminado tan importante edificio, que, culminado felizmente al día de hoy, constituirá uno de los espacios religiosos de primer orden en Andalucía, con proporciones catedralicias, e hito importante dentro de los monumentos religiosos de nuestra Comunidad Autónoma.
JUSTIFICACIÓN ARQUITECTÓNICA DE LA SOLUCIÓN ADOPTADA
La solución realizada se ha desarrollado en base a los criterios expuestos en las siguientes premisas.
A) Partimos de una situación base en la que los elementos sustentantes primordiales (muros perimetrales, pilares y arcos) se encuentran realizados (excepto dos arcos).
Se consideró que la monumentalidad de los elementos arquitectónicos del edificio, ya realizados, han de respetarse y concluirse, sirviendo al mismo tiempo como referente y señal de la historia del mismo y de la fase en que se realizó.
Por tanto, la solución constructiva que se ha realizado, se ha desarrollado apoyándose sobre los elementos existentes, y sin tratar de enmascararlos.
B) En buena teoría de restauración, la obra que se proyecte ha de distinguirse claramente de los elementos arquitectónicos precedentes, huyendo de mímesis que puedan conducir a error en la interpretación de las distintas partes.
C) En buena teoría de restauración la obra proyectada debe ser respetuosa con el edificio a restaurar y con el lugar que ocupa en su entorno urbanístico, tratando de no entrar en competición con el mismo y procurando integrarse con la “atmósfera” y los espacios internos y externos de dicho edificio y su entorno.
Basándonos en dichas premisas, se han realizado los arcos inconclusos, con dovelas prefabricadas de piedra artificial y rellenos de hormigón armado, iguales a los existentes realizados en 1971, atando todo el conjunto de la iglesia con zuncho de hormigón armado.
Sobre las fábricas y arcos existentes y de nueva factura, y sin enmascararlos, se ha dispuesto estructura espacial de madera laminada, que, por sus características de material, serán claramente diferentes, tanto de las fábricas primitivas, como de las modernas, constituyendo un material de nuestros días, que aúna la nobleza y estética del material, con su versatilidad y economía.
En el uso de este nuevo material se ha tomado el criterio de que la función no sólo sea decorativa, como es frecuente en muchas actuaciones contemporáneas, sino que, además, sea utilizado como material estructural de manera que sirva de soporte tanto al material de cubierta exterior como a los paños decorativos de cerramiento interior, afirmando así su sinceridad arquitectónica.
Las formas de estas estructuras son de nervaduras radiales y concéntricas, formado cúpulas semiesféricas, con entablado inferior continuo curvo y entablado superior continuo plano, para formar los faldones de cubierta.
Los nervios estructurales tienen directriz recta al exterior y curva al interior para así hacer posible la solución descrita. Con ello conseguíamos con la madera laminada una solución estructural y decorativa, a un tiempo, no limitándola a un “falso techo” decorativo que oculta una solución estructural convencional.
La formación de las cúpulas semiesféricas se ha tomado por parecernos la más respetuosa con el ámbito interior de las bóvedas preexistentes, tomando como modelo la terminada en 1603, lo que ha derivado en una integración satisfactoria entre los espacios preexistentes y ampliados.
Por tanto, esta solución satisface dos necesidades, la primera de ellas arquitectónica y constructiva, pues los nervios son estructurales y sirven de soporte, tanto a los elementos decorativos y aislantes interiores como a los materiales de cubierta superiores, sin necesidad de creación de elementos miméticos en pechinas, que serian simplemente decorativas y no estructurales.
La segunda es estética, pues las formas semiesféricas conectan con los espacios interiores creados por las cúpulas históricas existentes, y exteriormente permiten crear volúmenes similares a los pabellones de las cubiertas existentes en el edificio, que podrán cubrirse con la teja cerámica curva, en correspondencia con los materiales de cubrición (5º fachada) de los edificios del entorno en que se ubica y con las restantes de la Ciudad.
De esta forma creemos que la solución desarrollada cumple las premisas expuestas al principio del apartado, a saber:
- Respetar el edificio existente.
- Aportar una solución arquitectónica actual.
- Integrarse con el edificio y con su entorno.
DESARROLLO CONSTRUCTIVO DE LAS OBRAS
En el desarrollo de las obras podemos definir tres fases bien definidas, a saber:
A) Obras de demolición de las cubiertas provisionales realizadas en 1996 y de terminación de las obras inconclusas en 1971.
Corresponde a la eliminación de las obras de cubrición provisionales realizadas en 1996 y a la realización de los arcos inconclusos en 1971, con atado y consolidación del conjunto.
De ellas, la parte más delicada, sin duda, la ha constituido la realización de los dos arcos inconclusos, por exigir la eliminación de los grandes contrafuertes que contrarrestaban los empujes laterales de las bóvedas antiguas.
Aprovechando el entramado de tubos metálicos de los andamios se dispusieron triangulaciones que permitieron acodalar las fábricas antiguas con los muros existentes.
Ello nos permitió demoler los contrafuertes hasta la altura de los capiteles, colocar gran formero metálico y realizar el arco con las dovelas prefabricadas y con la fábrica de hormigón armado sobre las mismas, atando, mediante zuncho de hormigón armado de trazado octogonal, dicha zona con el resto de la zona ampliada, previamente realizada y atada también mediante zuncho de hormigón armado de trazado octogonal.
Realizado el primer arco se procedió a desencofrarlo y realizar el segundo arco, utilizando el mismo formero y procediendo de la misma forma que en el primero.
Una vez atado el conjunto se procedió a la demolición total de los contrafuertes y del arbotante existente en el antiguo coro, quedando los pilares exentos y libres de añadidos, recuperándose a la vista las fábricas primitivas de los mismos.
El proceso quedó culminado sin que las bóvedas primitivas sufrieran el más leve daño.
B) Obras propiamente de cubrición.
Sobre el conjunto del edificio, una vez terminado en su coronación y atado en su totalidad, se ha dispuesto la realización de bóvedas semiesféricas de “media naranja” y semiesféricas combinadas con bóvedas “de cañón”, realizadas en madera laminada.
Dichas bóvedas se disponen sobre anillo-durmiente igualmente de madera laminada. Sobre el mismo apoyan cuatro nervios fundamentales (dos en diagonal y dos transversales) y cuatro intermedios, trabados entre sí mediante nervios concéntricos (“paralelos”), formando el conjunto una superficie esférica al interior y plana, a cuatro aguas, al exterior, sirviendo de base dicho entramado a la tablazón esférica del interior y a la tablazón plana del exterior, que soporta el material de cobertura.
Sobre los faldones planos de cubierta se ha dispuesto lámina de neopreno y membrana de hormigón ligeramente armado, que sirve de base a la cobertura de teja cerámica curva envejecida, que se ha tomado sobre la base con mortero bastardo de cemento, cal y arena.
Los pabellones así formados se rematan con pilaretes, terminados en punta de diamante, recubiertos con baldosas cerámicas en tonos azules y dorados.
Los cerramientos laterales de los pabellones de cubierta se han realizado con fábricas de ladrillo, en los que se han dispuesto rejillas de ventilación a exterior, que ponen en comunicación dicho espacio con el espacio interior, mediante celosías interiores de madera dispuestas en los espacios intersticiales entre el anillo-durmiente circular y el espacio cuadrado de los paramentos interiores.
De manera singular, sobre la bóveda central, en cuyo centro coinciden el eje longitudinal del templo con el transversal que une las dos entradas laterales, se ha situado linterna para iluminación cenital, realizada con armazón metálico, forrada exteriormente con láminas de cobre y metacrilato en soportes y con lámina de plomo en cupulín y basa, mientras que interiormente se ha forrado con lámina de latón dorado en cupulín y madera en la base.
Dicha linterna constituye un elemento singular en el conjunto de la cubierta que remarca exteriormente el centro del edificio y que, interiormente, ilumina al mismo con interesantes efectos de luz.
Las formas y volúmenes de dicha linterna están inspirados en el torreón de escalera de acceso a las cubiertas antiguas.
El conjunto se remata con veleta, cruz de forja y pararrayos de puntas.
C) Obras realizadas no previstas en el proyecto inicial.
En este apartado describimos las actuaciones sobrevenidas durante el transcurso de las obras entre las que destacamos:
C.1. Realización de nuevo coro
Dicha actuación ha venido obligada para la consecución de un espacio único en el ámbito total del templo, una vez que dicho espacio ya lo era, al quedar cubierta la totalidad del edificio, y a la exigencia litúrgica de que la asamblea de los fieles ha de ocupar el mismo espacio, sin separaciones en el mismo.
Comoquiera que el antiguo coro quedaba situado en el centro del edificio, partiendo el espacio y su funcionalidad en dos y obstaculizando la visualización total del conjunto, se ha hecho necesaria su eliminación.
Ante dicha situación se redactaron los correspondientes “Reformados” de los Proyectos y, tras obtener los permisos pertinentes, se procedió a la demolición del antiguo coro, proyectando un nuevo coro a los pies de la iglesia.
Este coro se ha realizado con superficie doble que el primitivo, para alojar con amplitud el órgano existente así como la actuación de corales.
Posee acceso por escalera de caracol y se ha dejado previsto hueco para dotarlo de futuro ascensor.
Su estructura se ha realizado con perfiles normales de acero laminado, formando vigas-cajón en jácena principal y jácenas secundarias, y vigas sencillas de IPN de acero laminado en voladizos, con atado perimetral con vigas de las mismas características.
Sus terminaciones decorativas se han realizado en madera para estar en consonancia con el material utilizado en las cubiertas.
C.2. Realización de nuevo presbiterio
Dicha actuación ha venido obligada por la concesión por el Obispado de Huelva de “altar fijo”, al ara principal de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción, con motivo de su terminación.
Comoquiera que el anterior altar estaba situado sobre las losas de acceso a la cripta existente bajo el presbiterio, pero que no impedía dicho acceso al ser dicho altar movible, al convertirse este en “fijo” y realizado en obra de mampostería, se ha hecho necesario adelantar en semicírculo el presbiterio primitivo y con ello adelantar el altar para dejar libre las mencionadas losas de acceso a la cripta.
El nuevo altar se ha situado bajo la bóveda vaída existente delante del antiguo presbiterio, en la vertical del relieve de Ntra. Sra. de la Asunción situado en el centro de dicha bóveda vaída.
El nuevo altar posee, interiormente, recinto independiente para depositar las reliquias de los Santos y segundo recinto para alojar documentos y objetos referentes a su consagración.
El conjunto se reviste con mármoles en color “Verde-Santiago” y “Rojo Alicante”, con relieves de bronce dorado.
Las mismas características de diseño y materiales posee el “ambón” para las lecturas.
La zona semicircular ampliada en el presbiterio se ha solado con mármol “blanco Macael” en solería y huellas y “Rojo Alicante” en tabicas, igual que el resto del presbiterio.
El conjunto ha ganado en amplitud lo que favorecerá el desarrollo de las ceremonias litúrgicas.
C.3. Traslado de la capilla del Baptisterio
Dicha actuación ha venido obligada por la ampliación del templo hacia los pies, pues la pila bautismal quedaba aislada en medio de la nave de la Epístola.
Dicho cambio ha obligado, no sólo al traslado de la pila bautismal, sino a la ampliación de la verja que cerraba la antigua capilla, de acceso más reducido, así como la realización de elementos estructurales ornamentados para colgar la gran lámpara existente.
C.4. Traslado del púlpito
Ha sido obligado porque en su situación primitiva, volaba sobre la nave central, constituyendo un obstáculo visual y un entorpecimiento en dicha nave.
Se ha trasladado al pilar enfrentado a su situación primitiva, pero volando hacia los pies de la iglesia y adaptándose la escalera de acceso, a dicho pilar por la nave de la Epístola, quedando así la nave central expedita.
La nueva situación realza la contemplación de dicho púlpito pues presenta a los fieles una vista frontal del mismo frente a la vista lateral que presentaba en su ubicación primitiva.
C.5. Otras actuaciones
Por no pecar de prolijos en la presente exposición pasaremos a enumerarlas someramente.
C.5.1. Vidrieras
Realización de cuatro vidrieras de nueva factura en ventanas laterales.
Reutilización y adaptación de dos vidrieras existentes para las nuevas capillas bautismal y penitencial.
Realización de nueva vidriera, representando la Asunción de Ntra. Sra. en el nuevo coro.
C.5.2. Instalación eléctrica Con iluminación interior de la zona ampliada tanto en las nuevas bóvedas como en el conjunto general.
C.5.3. Solados de mármol, tanto en las zonas ampliadas como en la restauración de las partes deterioradas de las zonas antiguas.
C.5.4. Limpieza de paramentos, tanto en pilares como en arcos y fábricas, con tratamiento al chorro de arena, limpieza de superficies y aspiración del polvo por medios mecánicos.
C.5.5. Pinturas, de todos los paramentos interiores, incluso de algunos pilares con el mismo acabado que en los primitivos, elementos de cerrajería y forja, maderas, etc.
C.5.6. Traslado de retablos, desde el antiguo convento de Jesús y María.
No queriendo ser exhaustivos, creemos que con lo expuesto pueden los ciudadanos de Aracena hacerse una idea de las obras tan fundamentales que se han culminado felizmente en este año de 2008, cuatro siglos después de que las obras de dicho templo se interrumpieran.
Vitrubio definió que la arquitectura tenía que poseer tres características fundamentales, a saber, ser sólida, útil y bella. Si nuestra obra cumple estos tres requisitos habremos hecho algo que merece la pena.
Sólo desear que Dios nos conceda disfrutarla en su honor a los que lo hemos conocido y a las generaciones venideras.
Aracena, Septiembre de 2008.